-Estamos a 25 días del Mundial más caro y atípico de la historia. Cada enviado especial les costará a los medios alrededor de 15 mil dólares. Esto es contando el boleto de avión, un buen hotel, comidas, movilidad, comunicaciones, etc.
-Para los turistas, la renta mensual por un apartamentito con dos camas en una zona segura se cotiza hoy en 13 mil dólares; los pasajes desde Sudamérica están bordeando los 3 mil.
-Se jugará en invierno, con muy bajas temperaturas, habrá un 50% de partidos nocturnos. Se recibirán muchísimos menos visitantes extranjeros de lo esperado y los encuentros tendrán un marco mayoritario de público local. En un país no tradicional en fútbol y con entradas de alto costo para aficionados de modestos recursos, ¿se llenará el estadio de Bloemfontein cuando jueguen Suiza y Honduras? ¿Habrá reventa en Polokwane cuando choquen Argelia y Eslovenia?
-Cuarenta y un mil policías aportarán un toque de tranquilidad, aunque no de espontaneidad a este Mundial. Para disgusto de las autoridades anfitrionas, se está frente a un escenario caro en un mundo en recesión, con el euro en caída libre y el dólar mirando respetuoso desde la cornisa. Se han cancelado cientos de miles de reservas. ¿Quién va a ir a que lo esquilmen?
¿LAS RAZONES?
Lastimosamente, tres ingredientes han formado un coctel que no es el mejor para Sudáfrica: Europa, aportante de la mayor cantidad de hinchas en los mundiales, tiembla por los derrumbes económicos; el índice de delincuencia sudafricano, que no invita a viajar; y los precios onerosos. Todo indica que el gran salvavidas de esta Copa puede ser el fútbol en sí mismo, que haya grandes partidos y figuras inolvidables que pongan definitivamente la trastienda justo allí, en la trastienda. Y que el juego tienda un manto sobre todo lo demás.
MAS DATOS
Este ha sido el Mundial más costos de organizar porque la FIFA ha invertido mil millones de dólares mientras que el gobierno de Sudáfrica ha desembolsado unos 5 mil millones más.
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